Lo que puede suceder si eliges mal a tu dentista

No se puede negar que nuestros dientes son un elemento muy preciado de nuestros cuerpos, que merecen mucha atención y cuidado para que siempre luzcan hermosos y sanos.
De esta forma, a la hora de visitar un dentista o una clínica dental hay que ser un consumidor precavido, hacer una previa investigación y estar muy seguro de elegir a un odontólogo de renombre, con amplia experiencia en sus procedimientos.
Cuando no se elige un excelente dentista muchas cosas puede salir mal, y tras ellas las consecuencias pueden ser muy desagradables. Por supuesto, la más grave de las consecuencias es la pérdida parcial o total de los dientes, pero también se puede sufrir de otros efectos posteriores realmente incómodos.
Otra molesta consecuencia de un mal odontólogo es el dolor en la mandíbula y en la boca. Por ejemplo, si durante un procedimiento de odontología cosmética, la mandíbula no es alineada por un experto en la alineación de la mordida, las coronas, carillas o puentes dentales pueden romperse, desgastarse o caerse, en el peor de los casos. Igualmente, los pacientes también pueden desarrollar una condición conocida como Disfunción de la Articulación Temporomandibular, que ocurre por una mordedura mal alineada.
De igual forma, si la porcelana de restauración de un diente queda demasiado junta, cerca de los demás dientes y no permite el paso suficiente de aire, los pacientes pueden experimentar trastornos del habla y cambios en la formación de algunos sonidos.
La odontología cosmética es generalmente larga y complicada, requiere de múltiples visitas al dentista. Un tratamiento cosmético típico tarda por lo menos tres citas, lo que significa que son de 5 a 10 horas en la silla del odontólogo. Sólo basta con pensar lo que pasaría si este trabajo se hace mal y necesita ser renovado. Los pacientes tendrán que sacar más tiempo de trabajo y sacrificar más horas del día soportando un innecesario dolor.
Además de perder el tiempo, al elegir mal un dentista también se puede perder mucho dinero. Se obtiene lo que se paga, es particularmente cierto en la odontología. A menudo los dentistas que cobran menos son odontólogos generales, mientras que los dentistas cosméticos son mucho más costosos, pero respaldan su precio en años de experiencia y educación continua.
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